Los siete reyes que gobiernan a los elfos de Parthoris son controlado por tres demonios conocidos como los Serpent Riders (porque cabalgan serpientes bípedas gigantes). Todos los pueblos obedecen a la oscura voluntad de los tres hermanos y el símbolo del tridente, excepto los elfos Sidhe, quienes no guardan lealtad a ningún rey y son inmunes al hechizo. Es así como son proclamados herejes y condenados al exterminio.
En un loco intento por cagar a los Serpent Riders, los ancianos Sidhe apagan las 7 velas que representan los poderes naturales del mundo, destruyendo los 7 reyes elfos con sus reinos y sacrificando los propios poderes Sidhe. El truco les sale chungo y los tres jinetes lanzan un ataque contra los elfos que quedan, llevando a los Sidhe al borde de la extinción y obligando a los sobrevivientes a refugiarse en las sombras.
Aquí entramos nosotros, encarnando a Corvus, un hereje en las ruinas de la capital Sidhe que tendrá que abrirse camino a través de los esbirros invocados por los tres hermanos: gárgolas, golems, guerreros zombis, brujos… hasta encontrar el portal que los conecta a nuestro mundo. El portal sólo se puede sellar desde adentro, así que nos encontraremos en un segundo episodio destripando demonios en las cavernas del infierno.
En el episodio tres nos encontraremos en las tierras natales (aunque poca tierra tiene este reino acuático) de D’Sparil, el más débil de los “jinetes de serpientes”. Los otros dos hermanos parece que se han ido a cometer fechorías en otros reinos, pues este último episodio de la versión original de Heretic concluye con la muerte de D’Sparil y posterga indefinidamente el encuentro con el otro par de supervillanos (La historia de Heretic II conserva algunos aspectos de esta primera parte, como los “Tomos de Poder”, algunas referencias de lugares y al personaje Corvus; pero no se vuelven a mencionan los Serpent Riders).
Nueva vida para los clásicos
Ya lo contaba en la reseña del DOOM: gracias al clan Skulltag tenemos la posibilidad de jugar Heretic bajo sistemas operativos actuales (digamos Windows XP), con un control más cómodo y efectivo (en otras palabras: apuntar con el mouse) y en multiples modalidades multiplayer (deathmatch, cooperativo, capturar la bandera…). Esto es relativamente nuevo, pues hace 8 meses, cuando escribía la reseña de DOOM, Skulltag apenas hacía pruebas para poner en correcto funcionamiento el multijugador de Heretic. ¡Y ahora es un hecho!
El nivel máximo de dificultad del Heretic permite que varios jugadores puedan disfrutar de un entretenido reto en modalidad Survival (modalidad de juego cooperativo donde los jugadores se someten a las reglas del Heretic original: si mueres debes esperar a que todos los demás jugadores acaben el nivel o mueran, antes de poder resucitar sin items). Es también la oportunidad para superar los tres episodios (5 si contamos los 2 episodios extra que incluye la edición de GT Interactive), que para un solitario novato en el reino de Parthoris pueden parecer una maldición.
La verdad es que los puzzles de Heretic pueden sacarte de quicio, provocar pensamientos impuros e incitar a la violencia. Y no importa cuantas veces lo repases, no faltará el calabozo que te pondrá a caminar en círculos buscando la minúscula trampilla que abre la salida. Al menos con mis 25 años ya no le tengo tanto miedo a las oraciones oscuras de los discípulos de D’Sparil. Por todo esto y por su consentido arte satánico, siempre llevaremos un Hereje en lo más profundo del alma.
Aclaración final
El Heretic original se llamaba simplemente Heretic e incluye los 3 episodios resumidos al principio de esta redacción. Heretic: Shadow of the Serpent Riders contiene dos episodios adicionales y es distribuido por GT Interactive.
